Almazorre es uno de los pueblos más dispersos del municipio, diferenciándose el núcleo alto en torno a la Iglesia y el núcleo bajo situado junto a la carretera.
En sus inmediaciones se desarrolla un importante bosque de quejigos (caxigos) donde se refugian especies que encuentran aquí un amplio espacio de seguridad tales como los corzos, jabalíes e incluso el gato montés.
Ya en el pueblo destaca entre todas las construcciones la de su Iglesa de S. Esteban con importantes pinturas de origen románico cuyos detalles están muy bien explicados en este enlace
En las inmediaciones se encuentra el esconjuradero perfectamente recuperado , una curiosa representación de las creencias que durante muchos siglos se mantuvieron en el Sobrarbe.
Pero además en Almazorre encontramos muy bien representadas las estructuras de los oficios tradicionales: horno de cal, molino de aceite, herrería, además de las construcciones en piedra de todas sus viviendas en un curioso entramado.
